13 dic 2009

Punto de contacto

En la frontera entre yo y el mundo se libra la batalla.

Ahí hago juegos malabares con lo que toco.

Soy el único responsable de esa frontera.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno decide y lo demás nos mueve a su antojo..

Anónimo dijo...

...la ilusión de la dualidad.

Antígona dijo...

¿Y cuál es esa frontera, huelladeperro? ¿Realmente existe?

Para mí, los malabares también son imprescindibles. Pero justamente porque no creo que exista esa frontera y, por tanto, sospecho que hay en mí mucho más mundo, del bueno y del malo, del que sería capaz de identificar. Aunque quizá por eso creo que la verdadera batalla se libra con uno mismo.

Besos!

Antígona dijo...

Por cierto, lo de la verificación de la palabra, ¿es por la batalla que últimamente libras con los chinos? :P

Más besos!

huelladeperro dijo...

Gracias, Benedetina, por tu buena disposición. Casi me sonrojas.

Se trata precisamente, Jordim, de que aunque todo lo demás decida por uno, uno (tú o yo) pueda mover el mundo a su antojo.

Anónimo, la dualidad, desde dentro de esa misma dualidad, sólo se puede vivir como dualidad. Otra cosa es que tengamos la conciencia de la unidad cósmica y que entendamos que no hay diferencia entre un yo y un ello. Pero en el mundo en que vivimos, los datos que manejamos, para ser útiles, operativos, dependen del contraste entre lo que manejamos y lo que nos maneja. Yo simplemente señalo que esa frontera podemos intentar conquistarla. Puesto que en ella obramos. Que es nuestro derecho. Y que desde esa frontera todo lo ajeno es mundo y todo lo demás depende de nosotros. (De mí, claro). De ti.

Pinta bien lo tuyo, O-Palazón Dame tiempo, que ya te voy leyendo.

A lo mejor, Antígona, he querido afinar tanto que no se me ha entendido. Lo que yo quería señalar era precisamente una frontera de libertad; en la que los espacios no pertenecen aun a nadie y uno puede, por tanto, apropiárselos: El lugar en que la faena es llevada a cabo; Allí donde todos podemos meter la mano para modificar el mundo. Nuestro mundo.

Sí, es por los chinos, jodidos chinos...

Humm... TOUNRULO, verificación de palabra dedicada con tol cariño por blogger a los farloperos del mundo entero

¿Y CULTRE, cruce de culto y cutre?
esa seguro que está dedicada a mí. ¡Gracias, Blogger!

Antígona dijo...

Ahora te he entendido mucho mejor, Huelladeperro. Y lo que dices me gusta y me inquieta a un mismo tiempo. Quizás porque ese mundo mío que yo querría modificar está tan entremezclado con ese otro mundo que no está a mi alcance transformar que cada vez tengo menos claro por dónde empezar o cómo intervenir.

Últimamente me siento bastante pesimista a este respecto. Como si esas fronteras de libertad fueran cada vez más reducidas, más insignificantes, más nimias.

Pero en fin, ya sabes que las Navidades me sientan fatal. Tendré que dejar que pasen estos días para replantearme la cuestión.

Más besos!

Neo dijo...

pero porqué luchar contra el mundo?
porqué crear fronteras?
haces juegos malabares con lo que tocas, pero, siguiendo con la metáfora, no ves que no puedes tocar nada? no puede ser que las divisiones crean conflicto, ya sean territoriales o mentales?
Si la política no ha creado más que guerras en el mundo, porqué iba a ser mejor para nuestra mente?
=)
1 abrazo!

huelladeperro dijo...

Eso, ¿por qué luchar contra el mundo?
Si toda batalla se libra en la frontera, el primer elemento para nosotros (para mí, para tí), el más in-mediato, es el yo-mismo.
Eso es lo único que puedo tocar. Lo demás son pompas de jabón que explosionan detrás de un cristal impalpable.
?Cómo qué no puedo tocar nada?
¿Y yo? ¿No soy acaso la materia única de mi creación? (a la imagen de Dios, por cierto).
No. Las divisiones no crean conflicto. Crean vida.
Si las ves como creadoras de conflicto es que estás en una fase nihilista de tu desarrollo.