23 ago 2009

trascendencia

todo acto tiene un sentido intrínseco, dictado por una inescrutable fuerza que es común en los ámbitos científicos y religiosos, de alguna forma cada acción tiene un lazo con dicha fuerza que lo hace pertenecer siempre al terreno del ceremonial. En pocas palabras todo acto es un ritual, y el pecado verdadero está en desviar la mirada ante tal ceremonia, en huir ante su profundidad.
De "el mito de la realidad"
(enlace aquí al lado)

1 comentario:

Desilusionista dijo...

Todo el mundo debería vivir aterrado con la idea de que romper un simple vaso puede acabar por destruir el mundo. Y disfrutar de ello.