12 jul 2009

Hoy toca cita literaria, disculpad mi pereza creativa.
Los cuatro hermosos gatos que seguís mi blog con interés
reconoceréis sin duda (aunque mucho mejor escrito que lo
mío) qué bien se acomoda de algunos escritos previos míos.
El Desconocido
En la calle, han detenido al hombre y a la mujer. Se les oye gritar bajo los golpes. Es insoportable.
Freud se levanta precipitadamente y se dirige a la ventana.
El Desconocido se interpone y se lo impide.
No, por favor.
FREUD: ¡Y permite Vd. que esto suceda!
EL DESCONOCIDO: Hice al hombre libre.
FREUD: ¡Libre para el mal!
EL DESCONOCIDO (cortándole el paso, pese a los gritos, que se hacen más fuertes): Libre para el bien y para el mal, sino la libertad no es nada.
FREUD: ¿Así que no es Vd. responsable?
Por toda respuesta, el Desconocido deja bruscamente de retenerlo. Freud se precipita hacia la ventana.
Los gritos se han calmado. Únicamente se oye el paso de las botas, que se alejan.
El Desconocido se ha desplomado sobre un asiento.
Han detenido a una pareja. Se la llevan... (girándose hacia el Desconocido) ¿Dónde?
EL DESCONOCIDO (sin fuerzas): a los campos...
FREUD: ¿A los campos?
Freud está espantado por la noticia. Se acerca al Desconocido que está aun más enfermo que él...
¡Impídaselo! ¡Impida todo esto! ¿Cómo quiere que después de esto sigan creyendo en Usted? ¡Basta!
Lo toma por el cuello de la camisa y lo sacude.
EL DESCONOCIDO : No puedo.
FREUD (vehemente): ¡Vamos! ¡Intervenga! ¡Detenga esta pesadilla, rápido!
EL DESCONOCIDO: No puedo. ¡Ya no puedo!
El desconocido se libera, reune sus fuerzas para ir a cerrar la ventana. Por lo menos ya no se oye el sonido de las botas...
Se apoya contra la ventana, agotado.
FREUD: ¡Eres todopoderoso!
EL DESCONOCIDO: Falso. En el momento en que hice a los hombres libres, perdí la omnipotencia y la omnisciencia. Hubiera podido controlarlo todo y saberlo todo por adelantado si simplemente hubiera construído autómatas.
FREUD: Entonces ¿porqué lo hiciste, este mundo?
EL DESCONOCIDO: Por la razón que justifica todas las tonterías, por la razón que nos hace hacerlo todo, sin la cual nada sería... por amor.
Mira a Freud, que parece sentirse incómodo.
Bajas los ojos, mi Freud, ¿tú no quieres esto, eh, un Dios que ama? ¿Prefieres un Dios que ruge, de rostro terrible, vengador, que lanza rayos con las manos? Todos vosotros preferís esto, un Padre vengador, en vez de un Padre que ama...
Se acerca a Freud que está sentado, y se arrodilla ante él.
¿Y porqué os habría hecho yo, si no fuera por amor? Pero vosotros no la queréis, la ternura de Dios, vosotros no queréis un Dios que llora... que sufre... (tiernamente) Oh, sí, tú querrías un Dios ante el que prosternarse, pero no un Dios que se arrodilla...
(Eric-Emmanuel Schmitt
"Le Visiteur" Traducción propia)
Texto sacado de Théovie

5 comentarios:

Antígona dijo...

Por primera vez en mucho tiempo dios me ha caído simpático. Hasta podría decir que me ha enternecido.

Pero entiendo la incomodidad de Freud. Sería mucho más cómodo para nosotros un dios capaz de controlar el destino del mundo, un dios que nos liberara del enorme peso, de la terrible carga de la libertad para elegir entre el bien y el mal.

Sin embargo, Freud sólo está horrorizado por la escena que ha presenciado. Es difícil admitir que algunos hombres optan decididamente por el mal. Pero si lo pensara bien, debería sentirse reconfortado por la respuesta de dios. Porque la posibilidad de optar por el bien está siempre en nuestra mano. Y su ausencia de fundamento la convierte en un tesoro de incalculable valor.

Me ha encantado el texto. Lástima que mi francés no dé para casi nada.

Un beso

Anónimo dijo...

Es una visión mucho más lógica, a mi parecer, de la creación y de Dios. Algo así como el primer motor inmóvil que planteó Aristóteles, solo que no es el mundo que se mueve por amor a Dios sino que el amor lo tiene Dios al crearnos. El hecho de desentenderse de su creación revelaría la imperfección de Dios que ningún hombre se atreve a aceptar.

Dios debería bajar más a menudo, entonces, a la Tierra para cambiar el chip trágico, sádico y ciego que envuelve las religiones de nuestra sociedad.


Un saludo, y como siempre un placer navegar en este limbo que es tu blog.

Antígona dijo...

Pues sí que te dura la pereza, Can :P

Claro, que con estos calores estivales no me extraña. Espero que al menos estés sobreviviendo a sus rigores.

Un beso acalorado!

Desilusionista dijo...

Saludos de nuevo (hacía mucho que no pasaba por blogger en realidad, estaba ocupado escondiéndome)

Yo le veo un problema al asunto: si Dios pierde parte de su "poder", de su omnipotencia/omnipresencia al crear al hombre...¿sigue siendo Dios?. ¿No se supone que Dios lleva dichas cualidades ligadas a él de manera intrínseca?

Pero vamos, rompecabezas a parte, es un pedazo de texto.

Un abrazo!

Anónimo dijo...

gracias, cabroncete, por las clases de chino