22 jul 2010

El Fuego



EL FUEGO

Dios mío, Dios mío, esto no se apaga
Estoy aquí, todo mi bosque ardiendo
Pensaba que este fuego era ya el ocaso
Creía que mi corazón daba su último paso.

Esperaba siempre la hora de ser ceniza
Leía envejecer donde se quiebra el mimbre
Vigilaba el momento que le sigue a la lumbre
Escuchaba al sentar asentar la ceniza

Yo era del cuchillo, del tiempo degollado
Ponía mis dedos donde vivir me sangraba
Midiendo así el final del reinado
Lo poco que me queda y que no tengo nada

Pero ya que es preciso que el dolor se acabe
A veces con ello me he sentido contento
Apostando a la sombra y por el momento
En que la puerta abriendo, el sueño se rasgue

Y aunque es mi deseo no seguir aquí
Y busco en mi cuerpo la señal, la alerta
La ausencia y la noche, el abismo y la muerte
De aquí los rechazo, no entran en mí

Aquí se levanta un prodigioso viento
Que tu cercanía me hace primavera
No he tenido tanto en mi vida entera
Ni aún entre tus brazos, vértigo al momento.

El sufrir de amar perpetua llama
En mi el incendio extiende su fuego
De nada han servido tiempo ni pasado
Mi alma, mi alma, dónde me estás llevando?
Dónde me estás llevando?
Mon Dieu, mon Dieu, cela ne s’éteint pas
Toute ma forêt, je suis là qui brûle
J’avais pris ce feu pour le crépuscule
Je croyais mon cœur à son dernier pas.

J’attendais toujours le jour d’être cendre
Je lisais vieillir où brise l’osier
Je guettais l’instant d’après le brasier
J’écoutais le chant des cendres, descendre.

J’étais du couteau, de l’âge égorgé
Je portais mes doigts où vivre me saigne
Mesurant ainsi la fin de mon règne
Le peu qu’il me reste et le rien que j’ai.

Mais puisqu’il faut bien que douleur s’achève
Parfois j’y prenais mon contentement
Pariant sur l’ombre et sur le moment
Où la porte ouvrant, déchire le rêve.

Mais j’ai beau vouloir en avoir fini
Chercher dans ce corps l’alarme et l’alerte
L’absence et la nuit, l’abîme et la perte
J’en porte dans moi le profond déni.

Il s’y lève un vent qui tient du prodige
L’approche de toi qui me fait printemps
Je n’ai jamais eu de ma vie autant
Même entre tes bras, aujourd’hui vertige.

Le souffrir d’aimer flamme perpétue
En moi l’incendie étend ses ravages
A rien n’a servi, ni le temps, ni l’âge
Mon âme, mon âme, où m’entraîne-tu ?
Où m’entraîne-tu ?



(Según un poema de Louis Aragon "Le Feu"
musicado por Hélène Martin
canta Marc Ogeret
traducción de huellaperro)

6 comentarios:

huelladeperro dijo...

La traducción es algo cutrilla, menos mal que Aragon...

¡Hala, buenos días a todos!

Antígona dijo...

De cutrilla nada, no puedo valorar la traducción, porque controlo muy muy poco de francés, pero leer el poema en castellano me ha encantado. Está plagado de metáforas vibrantes y hermosas. Me gustan muchas, casi en cada estrofa, pero hoy me quedaría con "todo mi bosque ardiendo". ¡Tiene una fuerza!

Me gusta la idea de que la vida nunca deja de depararnos lo más sorprendente. Hasta ese resurgir del fuego cuando ya se lo creía extinguido y sólo se esperaba disfrutar de la mansedumbre de las cenizas. No hay fuego que no inquiete. Pero qué vivificante es arder, aunque a veces duela.

¡Buenas tardes, Lo Gos!

María dijo...

Es cierto que la letra es preciosa,
aunque tampoco yo puedo valorar si es o no una buena traducción porque de francés, na, de na. Trágica, así muy en tu línea pero, hermosa.

Seguramente, no hay cantantes más trágicos, que los franceses, es curioso.

Por cierto,
¿Podrías por favor, decirme si tú eres Jorge, el de "El gen suicida"? acabo de verlo en mi blog...


Besos.

Jorge dijo...

María: Ya le gustaría tener mi culo al señor Perro, jajaja

María dijo...

¡¡Vale!! jajaja

huelladeperro dijo...

y a ti... y a ti... y a ti te gustaría...


¡la madre que te parió, cabrón!