Un poco más allá, en la tertulia de Ultramarinos Antonia, Miguel contaba a sus clientes una historia de su infancia:
Cuando yo era niño mi tío tenía un camión, y con él hacía un negocio de transporte. Transportaba leche entre españa y francia. Cargaba leche en Burgos que llevaba a París y un poco más al sur cargaba leche otra vez que traía hasta Burgos.
Desde la puerta de lo de Miguel se ve el solar, mi viejo solar, y delante de él veíamos a un hombre llevar un palo vertical de un lado a otro y efectuar aparentes mediciones con él.
.-Está midiendo fugas de gas -dijo Vicente.- Hace unos años se medían así, aunque con un palo más corto.
Como la respuesta estaba casi tan cerca como las especulaciones, fui a ver de qué se trataba.
.-Estoy midiendo ángulos y direcciones -me dijo el topógrafo,- soy topógrafo.
.-Y contra qué las mides -le pregunté- Sólo tienes tu palo.
.-Ahora va todo por satélite, -me contestó- mido con una precisión de centímetros.
Cuando yo vivía aquí era feliz -le dije.- La gente era feliz. El solar era un lugar de acogida. Hace seis meses lo arrasaron. También arrasaron mi casa.
.-Ahora la gente estará contenta de tener un mercadona cerca.
.-No sé, -le dije- tanto comprar... estamos esquilmando los recursos naturales.
.-¿Qué quieres decir?
.-¿Recuerdas el Fletán negro? Hace unos años empezó a ser difícil encontrar lenguado. Pronto empezó a ser substituído en los comercios por otro pez parecido. Al principio se le llamó lenguado, pero pronto se supo que se llamaba Fletán, y que se pescaba en aguas del atlántico con grandes barcos factorías a unos mil metros de profundidad.
El boom de la venta del fletán duró unos años, ahora ya no hay tanto.
Obsolescencia programada
3 comentarios:
Estos último días todo el mundo me ha hablado de este documental. Tanto que casi ni me va a hacer falta verlo. Pero ya que lo ha colgado usted, habrá que echarle un vistazo.
Es una información que todos deberíamos tenmer!
Pues a mí nadie me ha hablado de él y aún no lo he visto, pero ya que los ponéis así, habrá que ponerse a ello.
Soy de las que salen a la calle con el braserillo encendido, qué remedio, pero todavía no he podido asistir a ninguna de esas tertulias de las que hablas. No sé si será porque aquí la gente es más fría y seca, o porque hace más frío, o por una falta de costumbre que irá cambiando con el tiempo.
La verdad es que no lo había pensado, pero enfocado tal y como tú lo enfocas, no me parece un cambio nada negativo.
Ahora, ¡que nos pongan algún banquito frente a los bares, que yo charlo más a gusto sentada! :P
Un beso!
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