3 jun 2009

Hace unas semanas una vieja amiga me invitó a comer a su casa con su familia. Y había otra invitada, más vieja aún, de unos 73 años. ¡Con una vitalidad!

Tan hermosa que me enamoré.

Y se notaba. La invitada lo notó, estoy seguro, y creí percibir un par de veces en sus ojos como un brillo de diversión ante el halago.

La comida fue gozosa y alegre.

La conversación fue rica e inteligente, densa y fluída. Y las cuestiones más elevadas y teóricas tenían un toque humano y pragmático. Y las cuestiones más terrenas adquirían consistencia intelectual. Y humanidad.

La invitada nos dejó pronto.

Tenía que volver con sus monjas, a dirigir su convento y su orfanato.

Unos días después mi amiga me comentó:

.- Le dije a Sor _____   que nunca te había visto tan callado.

.- ¿Y? le pregunté sorprendido por la imagen de mí que descubría en ella.

.- Sí, me contestó, "pero cada vez que abría la boca era para decir justo lo que había que decir".

Ojalá exista la reencarnación, porque la próxima vida me pido con ella.

13 comentarios:

Âme Noire dijo...

Me encanta. Me gustaría conocer a esa mujer. También te hubieras enamorado de una mujer que conocí un día en el tren. De 75. Que había viajado medio mundo, y seguía con intención de ello.

Âme Noire

María dijo...

¡Te imaginas, si en un impulso irrefrenable le declaras tu amor a la Superiora! La habrías hecho la mujer más feliz de la tierra...Y digo, yo, que como soy nueva aquí, espero que me permitas la intromisión...¿Porqué no te acercas a verla a su convento?
Seguro que a Dios no le importa que vivais vuestra preciosa historia...Siempre hay tiempo.
Un abrazo.

Antígona dijo...

Pero que en esa otra vida no se le ocurra de nuevo ser monja, por favor, y menos con ese espectro que recorre Europa y el mundo que ahora se llama fundamentalismo. ¡Que entonces no tendrás nada que hacer! :P

Y tú, en tu próxima reencarnación, no pierdas esa mirada tuya, capaz de reconocer belleza allí donde los dictados sociales niegan que pueda existir. Vale un tesoro.

Un beso

huelladeperro dijo...

Âme Noire:
La tinc localitzada. Segur que estaries d'acord amb mi.

Gracias, María por tus buenos deseos, pero la cuestión es que no necesito declararle mi amor. Ya lo sabe. Y no puedo hacerla la mujer más feliz de la tierra. Ya lo es (digamos que una de las diez o doce más felices de España; echa tú las cuentas...)
En cuanto a nuestra historia de amor, mucho más preciosa por mi parte que por la suya, Dios sabe lo que hay, yo sé lo que hay, y ella, aunque disimule coqueta y púdicamente, también sabe lo que hay. ¿Qué más se puede pedir? Mientras, me preparo para mi próxima reencarnación, no para llegarle a la altura, que es bien difícil, sino para subir más. Si mi Gen Suicida no se ha manifestado aún, es que todavía no era el momento, pero tranquila, a todos nos llegan las oportunidades de crecer. ¿Has leído "Juan Salvador Gaviota"?

Ja ja ja... Ojalá, Antígona, para nuestras próximas reencarnaciones, no necesitemos ya ningún "ismo" para definirnos dentro de la sociedad. Ojalá seamos simplemente seres, humanos, conscientes de estar en el mundo. Aunque para eso tendríamos que conseguir poner el lenguaje, esa silla de ruedas que nos impide tocar la hierba con las nalgas, en un lugar más modesto y más digno...

Te rogamos, señor, óyenos

No hay mirada especial, tú también lo hubieras visto. Las almas de oro son el tesoro, y brillan en cualquier parte ;-)

Antígona dijo...

Me has dejado intrigada con tu respuesta, huelladeperro. ¿Cuál tendría que ser ese lugar más modesto y digno? ¿Y a qué señor tendríamos que rogar? Ay, me temo que esta vez no te entiendo.

Será que es viernes y estoy a punto de desconectar la neurona ;)

huelladeperro dijo...

Yo no sé cual tendría que ser exactamente ese lugar, Antígona, pero somos, por nuestro lenguaje, cojos, ciegos, sordos y tartamudos.

...Nuestro lenguaje de palabras, de cajitas cerradas, que quiere retener en la negra prisión de la memoria las inefables instancias del transcurrir del tiempo.
No hemos salido aún del mundo sórdido de Parménides. Nosotros, los reyes de la creación. Y más acá nos esperan los demás seres vivos, los animales, todo lo que existe. Que se usan a sí mismos para dialogarse.
Que se comunican en el todo fluye.
¿Y a quién le pediremos tan gran merced?

¿Al señor del todo y la nada?

María dijo...

Y dijo Chiang:
"El secreto es comenzar sabiendo sabiendo que ya has llegado..." Pero... ¿Cómo no voy a conocer esa preciosidad?
Supongo que tu historia es realmente complicada, pero recuerda lo que dice Chiang.
Por otro lado de conocer a la 10ª mujar más feliz del planeta, algo de su felicidad seguro que te toca. Hay muchos tipos de amor y si es tan especial, inventareis juntos un amor especial para vosotros.
Cambiando de tema ( te dejo pensando un poquito...ya) gracias por tu visita, realmente es el segundo poema que escribo en mi vida, no te creas..es de las entradas que más ne han costado colgar y es un gusto que alguien la comparta...Por cierto2...¿realmente piensas que la heroína es "la heroína?...a mi, me asustaste.
Un beso

Anónimo dijo...

Me parecen muy interesantes tus publicaciones, he leído algunas más abajo que me han hecho sonreir. Hoy en día, que no nos satisface nada, me alegro de encontrar un blog que me llame tanto la atención. Un saludo.

paola guillen dijo...

no imagine q fuera monja
y para el amor no hay edad.

Pareidolia dijo...

Es de ese tipo de personas que hubieras querido conocer en otro momento, en otro lugar , con otra edad...Mejor así, la admiración no corrompe lo que se ama, tu ne crois pas?
Gros bises

huelladeperro dijo...

María:
Te remito al comentario de Pareidolia.
No hay más historia de amor que esta admiración.
Y que yo sé que lo sabe.
Y que ella sabe que sé que lo sabe.
Su respuesta al comentario de mi amiga es el colofón a unn intenso diálogo callado que mantuvimos durante la cena sólo ella y yo.

En cuanto a lo de la heroninja...
Puede que el amigo de tu hermano sea un poco la respuesta, que se ha forjado en su lucha contra tann formidable enemigo.
Dice un viejo dicho español:
"Quien tiene un tirano tiene un tesoro"
Pues eso, sólo que la blandura de la vida moderna hace que muy pocos de nosotros tengan la dureza necesaria para vencer a tal tirano.

Lucas Gracias por la visita. Puedes si quieres echarle un vistazo a mi otro blog. Si algún post te sugiere algún comentario, ponlo, que te contestaré...

huelladeperro dijo...

Paola No, no hay edad...

Isabel chiara dijo...

La monja me recordó a sor ubaldina, una profesora que tuve de francés muy elegante, aunque tenía cierta gravedad en su rostro, lo que me llevaba a imaginarla como una mujer muy vivida pero atormentada por un pasado no precisamente muy glorioso. Y el hábito tiene cierto punto morboso, para qué negarlo. No sé si existe la reencarnación, pero si es así habrá que hacer méritos, no? jajaja

Muy bueno esto de la monja

Saludos