17 jun 2009

La felicidad... Humm, es algo más que una sensación, más que una emoción.. Yo diría que es algo así como un estado de ánimo, ¿no? Bueno, pues si es un estado de ánimo debe de ser una de las poquísimas cosas que están bajo nuestro control. El truco que usa la sociedad para que seamos los miembros disminuidos que necesita es hacernos creer que no depende de nosotros. Así toda la energía que ponemos en conseguirla (que puede ser más que la que un humano equilibrado gastaría en sobrevivir), la puede desviar, este monstruo holista que conformamos, en provecho de fines que nos son ajenos.

4 comentarios:

Desilusionista dijo...

Ese texto me suena...;)

No sé lo que es. Pero si lo encuentro, prometo contártelo.

LêA Holubii dijo...

creo que por ahí se decía que la felicidad nunca se encuentra, pero que lo importante es nunca dejar de buscarla...

Jorge dijo...

Lo que tengo claro es que la felicidad no es la salvación de nada.

La crueldad para con los demás que supone que la felicidad sea vista como una salvación, acojona. Todo esos paraísos artificiales en forma de fama, éxito, religión, sexo, amar, ser amado, hijos, vocación laboral... solo nos valen para despellejar al otro.

Por qué un ser humano ha de ser feliz? Qué hemos hecho para merecer ese estado de ánimo? Qué hemos heredado de nuestros padres? Y ellos? Y qué mundo entregaremos a nuestros hijos? Parches y remiendos para una sombra-enfermedad brutal; es lo que veo hoy.

Por favor, sentid y expresarlo, aunque sea horrible.

Antígona dijo...

Eso mismo decían los estoicos, Huelladeperro. Que la clave de la felicidad no puede estar en acontecimientos que no dependen de nosotros, sino en el modo en que seamos capaces de controlar nuestros estados de ánimo ante cualquier acontecimiento. O por decirlo de otra manera: no en el mundo, cuyo curso siempre nos resultará ingobernable, sino en nuestros juicios acerca del mundo, que son el pilar de nuestros estados de ánimo.

Poco más sé de ellos. Pero últimamente ando rumiando la necesidad de leerlos. Precisamente por el modo en que contravienen lo que desde que el mundo es mundo se nos vende, bajo una máscara u otra -consigue esto, consigue lo otro-, como la clave de la felicidad.

Un beso